A menudo cuando estamos en silencio, o nos encontramos en momentos de calma, vuelve esta sensación conocida y recurrente. Puede ser volviendo a casa, cuando estás en tu hogar en silencio, o cuando tenemos ciertos pensamientos o imágenes que activan esta sensación. Es difícil de explicar algo que no tiene palabras, pero presentaré algunas metáforas con el fin de que entiendas a qué me refiero:
Esta sensación o sensaciones (dependiendo del contexto o el momento en el que nos encontremos en ese preciso instante) nos están indicando algo acerca de nuestro interior muy valioso, y que prácticamente nadie atiende. No se suele atender a estas sensaciones en primer lugar porque para poder atenderlas hay que esforzarse y practicar el escucharlas, y en segundo lugar porque su propia naturaleza las hace difíciles de trabajar mediante la razón. Estamos acostumbrados en primer lugar a poder nombrar emociones fácilmente, que son intensas y fáciles de identificar en nosotros, y por otro lado entendemos la naturaleza de esas emociones que se suelen manifestar de una forma universal en todos los seres humanos, que además conllevan un sentido y un significado intrínseco.
Las sensaciones a las que me refiero no son emociones. Se diferencian en ser menos intensas que una emoción, y además son mucho más complejas que las cinco o siete emociones básicas, según el autor de referencia. Su complejidad es similar a intentar explicar un cuadro de arte: tiene demasiados detalles, demasiado contenido en sí como para poder ser abarcado con una frase.
Las sensación difusa (o referida como sensación-sentida a partir de ahora por su descubridor, Eugene Gendlin) nos está hablando de cómo nos encontramos interiormente, o qué estamos sintiendo emocionalmente ante el contexto en el momento presente, o ante algo o alguien. También podemos estar experimentando una sensación en el presente de algo pasado que recordamos, pero hay que tener en cuenta que la sensación-sentida no siempre es la misma ante un evento. Por ejemplo, si tuve una discusión con un conocido, al recordarlo en diferentes momentos del día puedo sentir ira como emoción principal, pero si atendiese a la sensación-sentida acerca del recuerdo, en cada momento tendría un color o un sabor diferente (ej. ‘al acordarme de la discusión, ahora siento como la sensación de un mar con mucha marea y rayos…’ y en otra situación puede ser ‘al recordar la discusión ahora siento como peso en los hombros, que es frío’).
Seguramente tengas problemas pendientes sin resolver en tu vida, de los cuales conoces el origen, cómo se desarrollaron en ti y porqué permanecen sin resolver pese a conocer su naturaleza. Conocer y atender a la sensación-sentida de este problema sin resolver puede expandir el significado de todo el problema, aumentar la información sobre ti mismo en torno al problema que no habías atendido, y solucionarlo por otros caminos que no siempre conllevan una lógica o sentido común.
El proceso por el cual se atiende y se trabaja la sensación-sentida se define como proceso de Enfoque o Focusing, como define Gendlin. Este proceso consta de seis pasos principales:
¡Un saludo!