Focusing: ¿Qué hago si no sé lo que siento?

A menudo cuando estamos en silencio, o nos encontramos en momentos de calma, vuelve esta sensación conocida y recurrente. Puede ser volviendo a casa, cuando estás en tu hogar en silencio, o cuando tenemos ciertos pensamientos o imágenes que activan esta sensación. Es difícil de explicar algo que no tiene palabras, pero presentaré algunas metáforas con el fin de que entiendas a qué me refiero:

  • Esta sensación o sensaciones son como el filtro de una foto, algo muy sutil que tiñe la sensación global que sientes, positiva o negativamente.
  • También se puede entender como la banda sonora de tu vida, que sueles sentir cuando no hay ruido a tu alrededor.
  • Esta sensación no es una palabra concreta, si no que es algo complejo, como intentar explicarle a alguien a qué sabe el curry cuando nunca lo ha probado.

Esta sensación o sensaciones (dependiendo del contexto o el momento en el que nos encontremos en ese preciso instante) nos están indicando algo acerca de nuestro interior muy valioso, y que prácticamente nadie atiende. No se suele atender a estas sensaciones en primer lugar porque para poder atenderlas hay que esforzarse y practicar el escucharlas, y en segundo lugar porque su propia naturaleza las hace difíciles de trabajar mediante la razón. Estamos acostumbrados en primer lugar a poder nombrar emociones fácilmente, que son intensas y fáciles de identificar en nosotros, y por otro lado entendemos la naturaleza de esas emociones que se suelen manifestar de una forma universal en todos los seres humanos, que además conllevan un sentido y un significado intrínseco.

Haciendo Focusing, esta imagen puede ser la representación de la sensación corporal que sentimos ante un problema.

Las sensaciones a las que me refiero no son emociones. Se diferencian en ser menos intensas que una emoción, y además son mucho más complejas que las cinco o siete emociones básicas, según el autor de referencia. Su complejidad es similar a intentar explicar un cuadro de arte: tiene demasiados detalles, demasiado contenido en sí como para poder ser abarcado con una frase.

Las sensación difusa (o referida como sensación-sentida a partir de ahora por su descubridor, Eugene Gendlin) nos está hablando de cómo nos encontramos interiormente, o qué estamos sintiendo emocionalmente ante el contexto en el momento presente, o ante algo o alguien. También podemos estar experimentando una sensación en el presente de algo pasado que recordamos, pero hay que tener en cuenta que la sensación-sentida no siempre es la misma ante un evento. Por ejemplo, si tuve una discusión con un conocido, al recordarlo en diferentes momentos del día puedo sentir ira como emoción principal, pero si atendiese a la sensación-sentida acerca del recuerdo, en cada momento tendría un color o un sabor diferente (ej. ‘al acordarme de la discusión, ahora siento como la sensación de un mar con mucha marea y rayos…’ y en otra situación puede ser ‘al recordar la discusión ahora siento como peso en los hombros, que es frío’).

Seguramente tengas problemas pendientes sin resolver en tu vida, de los cuales conoces el origen, cómo se desarrollaron en ti y porqué permanecen sin resolver pese a conocer su naturaleza. Conocer y atender a la sensación-sentida de este problema sin resolver puede expandir el significado de todo el problema, aumentar la información sobre ti mismo en torno al problema que no habías atendido, y solucionarlo por otros caminos que no siempre conllevan una lógica o sentido común.

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Gracias al focusing podemos aumentar la sensibilidad y consciencia de sensaciones y emociones corporales muy sutiles, difusas, o ambiguas.

¿Cómo lo practico? Pasos del Focusing.

El proceso por el cual se atiende y se trabaja la sensación-sentida se define como proceso de Enfoque o Focusing, como define Gendlin. Este proceso consta de seis pasos principales:

  • Despejar un espacio. Acomodar tu cuerpo en un estado relajado y cómodo, y proceder a despejar mentalmente todos los problemas que te preocupan en el momento presente, ahora mismo. Se sabe que se ha dejado un espacio cuando sentimos una tranquilidad, o relajación nueva, que se manifiesta corporalmente por ejemplo relajando los hombros, suspirando, o respirando profundamente.
  • Formar la sensación-sentida. Con un espacio mental adecuado, entonces escuchamos que problema o sensación necesita ser trabajada. Se puede buscar un problema en concreto, pero es mejor escuchar al cuerpo y dejarle decidir a él generalmente. Además, algo que pareciera irrelevante o menos intenso puede estar ligado a varios elementos de nuestros problemas.
  • Crear un asidero. Buscamos una palabra o grupo de pocas palabras que pueda encajar con la sensación global de la sensación-sentida. Esta palabra o grupo de palabras no tienen por qué presentar un sentido lógico (ej. ‘pegajoso, mal tranquilo, roto, ruidoso’).
  • Cotejar el asidero. Procedemos a verificar que la palabra encaja con la sensación-sentida. Este proceso también es muy sutil, y sabremos que hemos acertado cuando sintamos una sensación parecida a encajar la pieza correcta de un puzzle, o cuando metemos una llave en una cerradura a la primera.
  • Hacer preguntas. Ahora que hemos definido la sensación-sentida, podemos hacerle preguntas como ‘¿qué es lo peor de ésta sensación?’ o ‘¿qué necesita ésta sensación?’. Con el fin de que la sensación-sentida se desdoble, avance, evolucione tal vez a otras sensaciones, imágenes, o contenido que surge de abajo a arriba, de nuestro cuerpo a nuestra mente, y no al contrario.
  • Recibir. Agradecer y escuchar de forma empática todo contenido recibido mediante este proceso. A veces no estamos preparados para obtener las respuestas que recibimos, o los cambios que necesito realizar en mi vida según mis sensaciones no son realistas, pero conviene ser consciente de que el cambio ya se está realizando, y que estas propuestas cambiarán y evolucionarán con el tiempo.
 
Espero que esto te sirva como una pequeña introducción ante una nueva forma de afrontar tus emociones. Si aun así necesitas ayuda profesional, no dudes en contactar conmigo.
 

¡Un saludo!