¿Qué puedo hacer para resolver un duelo o ayudar a otros a resolverlo?

Como ya comentamos en el artículo El duelo ante la situación del COVID-19, el duelo es un proceso duro, y que requiere tiempo y esfuerzo tanto para la persona que lo pasa como para sus allegados que sienten su estado de ánimo. En este artículo explicaremos los consejos adecuados para tener la actitud que mejor facilite el proceso del duelo.

¿Qué me ayuda a sobrellevar mejor un duelo?

Normalizar todas las emociones, ya que no existen emociones válidas y no válidas. Es importante darles nombre, escucharlas, expresarlas, conocerse a uno mismo y aceptarse tal y como uno es y cómo se siente. Es absolutamente necesario dar salida al profundo dolor que produce la pérdida de un ser querido y, mientras que para unos puede ser llorar, para otros puede ser gritar, o para otros puede ser necesitar estar solo con más frecuencia. No hay normas, pero sí que hay que abrirse a pedir ayuda cuando uno se ve incapaz de avanzar.

El enorme dolor que sentimos por la pérdida de nuestro ser querido puede llevarnos a convencernos y cerrarnos en un único pensamiento de cómo pasó sus últimos momentos. Es recomendable pensar que tal vez las cosas no fueron exactamente así.

Podemos tener miedo a rompernos por experimentar el dolor, pero solo al expresarlo podemos crecer y construir de lo frágil y valioso en nosotros.

Nuestro familiar, aún habiendo fallecido en aislamiento hospitalario, tal vez no se sintió solo. Probablemente el personal sanitario hizo todo lo que estuvo en su mano para acompañarle en sus últimos momentos. Y si falleció solo, tal vez se fue recordando una conversación agradable, una vivencia emotiva con sus seres queridos o un momento feliz. Es evidente que no podremos llegar a saber la realidad de lo que pensó o sintió en esos últimos momentos pero, por eso mismo, también hay que dar cabida a posibilidades más positivas.

Encender una vela, definir un pequeño espacio de homenaje, poner en un lugar destacado alguna fotografía o algún objeto significativo de la persona fallecida, escribirle una carta con todo lo que nos hubiera gustado decirle y quemarla… ayudan con el proceso del duelo. También podemos, organizar un homenaje a nuestro ser querido cuando acabe el estado de alarma.

Mantener o fomentar las relaciones interpersonales, aunque sea de forma telemática, con los seres queridos con quienes compartimos la pérdida, así como con otros que nos puedan aportar escucha, comprensión y ánimo. Es absolutamente normal sentirse sin energía ni ganas de nada, pero es muy importante recordar que hemos de cubrir unas necesidades propias de nutrición, de ejercicio físico y de descanso. Podemos, por ejemplo, practicar alguna técnica de relajación, escuchar música, buscar momentos de reflexión que inviten a la tranquilidad y la paz interior…

Ante el dolor del duelo es aconsejable apoyarse en la gente que nos quiere y se preocupa por nosotros.

También, y sin prisa, iremos introduciendo actividades placenteras en nuestra vida, cada cual a su ritmo. Pedir ayuda, no es sinónimo de debilidad; todo lo contrario, se trata de un acto de valentía en el que se asumen las propias necesidades y limitaciones. Lanzarse a pedir ayuda facilita la comunicación con otras personas que nos quieren y que, probablemente, estarán encantados de poder ayudar.

Es conveniente solicitar ayuda profesional cuando nos sentimos estancados en el dolor o ante algunas situaciones mantenidas en el tiempo como las que aquí se exponen:

  • Pensar que la propia vida está vacía y no tiene sentido, sentirse incapaz de hacer planes y pensar que uno no tiene futuro.
  • Sentir una profunda y angustiosa sensación de soledad.
  • Cuando las emociones y sentimientos interfieren de forma importante en la actividad cotidiana y en la calidad de vida.
  • Sentir un elevado nivel de dolor o sufrimiento que no remite y se  prolonga excesivamente en el tiempo.
  • Recurrir al alcohol, fármacos o drogas como forma de evasión.
  • No verse capaz, a pesar del paso del tiempo, de retomar las actividades habituales.

Por lo tanto, como resumen:

  • Normalizar todas las emociones.
  • Expresar el dolor.
  • Tratar de generar pensamientos positivos.
  • Realizar rituales de despedida en casa.
  • Mantener o fomentar las relaciones interpersonales.
  • Recordar la necesidad de cuidarse uno mismo.
  • Pedir ayuda.
  • Solicitar ayuda profesional.
Lo más importante para ayudar a una persona en duelo es estar ahí, apoyando al otro por muy duras que sean las olas. El mar siempre acaba calmándose.

¿Cómo puedo ayudar a alguien en duelo?

Pasa tiempo con la persona en situación de duelo para que se sienta menos sola con su pérdida. Deja que él/ella llore contigo y hable de sus sentimientos. No importa que vuelva una y otra vez al mismo tema. No tomes como algo personal la irritabilidad, ni el enfado de la persona que está atravesando esta etapa, es parte de la reacción de duelo. No le digas que recobre el ánimo, esto más que ayudarle puede hacer que se sienta frustrado al no conseguirlo. Si es posible, en esta situación de estado de alarma, ayúdale con las cosas prácticas (limpieza, ir de compras, cuidar de los niños, etc.). También es conveniente, evitar que tome decisiones importantes durante este período, o al menos intentarlo.

Recursos adicionales para trabajar el duelo:

  • Comunidad de Madrid, el 900 124 365 atiende a todo aquel que lo necesite a nivel psicológico.
  • El Ministerio de Sanidad por su parte también gestiona de forma gratuita tres teléfonos, uno para familiares de enfermos o fallecidos: 91700 79 89.
  • Otro para profesionales, como sanitarios, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o Policía Local, entre otros: 91700 79 90.
  • Para la población en general con dificultades derivadas del estado de alerta 91 700 79 88.
  • Y, además, ayudaduelocopm@cop.es en colaboración con las funerarias madrileñas, donde psicólogos especializados, les acompañan en este trance y les hacen un seguimiento diario.

Si aun así tienes dudas, o necesitas ayuda profesional, no dudes en contactarme a través de la sección Contacto del blog.

Un saludo, y te envío todo mi apoyo en estos momentos tan difíciles.